Uwon no tiene otra vida que trabajar y buscar nuevos trabajos cada vez que es despedido injustamente por las deudas que dejó su padre por las apuestas. Tras ser despedido de un trabajo con alta paga, su amiga le recomienda trabajador como repartidor de pizza en el local de su tía, ya que la única condición que se necesita es tener una cara bonita. En esto, Uwon conoce a Seo-An en su momento más inestable debido a las exigencias de su padre y su entorno, volviéndose su pequeña esperanza que lo podría sacar del profundo agujero en el que está.