El vampiro Colin, que no bebe sangre, prueba accidentalmente la sangre de Ian. Abrumado por su dulce sabor, pierde el control y casi ataca a Ian, pero al final no lo logra.
Sintiendo culpa por haber provocado el hambre de Colin debido a su error, Ian decide ofrecerle su sangre bajo una pequeña condición.
Sin embargo, a través de este contrato de consumo de sangre, comienza a surgir entre ellos algo más que solo saciar la sed...
¿Qué hago? Yo... ¡¡deseo a Colin con todas mis fuerzas...!!!
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