Dicen que la desgracia nunca llega sola. Para Choi Yoo-il, perder a sus padres fue solo el comienzo. A los veinte, descubre que es un omega recesivo y, temiendo el rechazo, oculta su naturaleza a su mejor —y único— amigo, Cha Hwan, un alfa que desprecia a los omegas. Con su primer celo acercándose y viviendo bajo el mismo techo, Yoo-il se enfrenta a un dilema: ¿puede seguir escondiéndose... o lo perderá todo?