Tras el fin de la guerra entre Lamrock y Dublín, comenzó una era de paz, aunque no la más pacífica. En la remota aldea de Casnier, en Lamrock, vivían Layla, una sencilla campesina, y su padre, Bendo, con problemas de audición. Un día, la tranquila aldea se llenó de vida con la llegada de unos soldados desconocidos.