El menor de una famosa familia de exorcistas, Kim Mu-Ryeong. Criado con el amor de toda su familia, era elogiado como un genio que aparece una vez cada 100 años.
“Mu-Ryeong, ¿puedes encargarte de esta misión por mí?”
Después de ingresar a la escuela secundaria, Mu-Ryeong comenzó a aceptar trabajos sencillos como exorcista. Aunque más que un exorcista, era un solucionador de problemas, para alguien como Mu-Ryeong, que ayudaba a cualquier persona que lo necesitara, no había ninguna petición que no pudiera aceptar. Sin embargo, incluso para Mu-Ryeong, había una persona a la que prefería evitar…
“¿Ki Hwan Young?”
Alto, con una apariencia impresionante y un aura algo intimidante. Con fama de arrogante y sin amigos: ese era Ki Hwan Young.
Un día, ese mismo Ki Hwan Young buscó a Mu-Ryeong. “Últimamente, siento los hombros muy pesados.”