Hace diez años, Inés recibió el encargo de pintar el retrato del príncipe rebelde del reino de Vertone. En la actualidad, Inés es tomada prisionera por Nathan, líder del partido revolucionario, quien le exige que dibuje un retrato de este príncipe esquivo tal y como ella lo recuerda. Mientras Inés protesta, la tensión entre ellos aumenta y Nathan desea algo más que un simple cuadro de ella.