Fui víctima de un accidente, arrollada por un camión que me llevó a un mundo sacado de las páginas de una novela que solía leer. Para mi desgracia, terminé poseída por Elenia Alfin, la malvada mujer de esa historia. Todo comenzó conmigo despertando en la misma cama que Sir Rolento, el caballero más leal y virtuoso. Sí, así es como empieza mi extraña odisea. Recordé un detalle crucial de la novela: “Si un caballero santo se involucra con una mujer, pierde su estatus de caballero santo”. Así que decidí esforzarme por evitar cualquier situación comprometedora y fingir que nada había ocurrido entre nosotros dos. Sin embargo, en ese momento, Rolento pronunció algo sorprendente y desconcertante: “Por favor, asume la responsabilidad de haberme arrebatado mi pureza”.