Park Geon, quien creció como un buen perro del capitalismo pese a su dura infancia, es humillado por un misterioso hombre mientras hacía trampa en una apuesta de billar. Con esa herida amarga a cuestas, se infiltra en un casino para cumplir con su principal fuente de ingresos: un encargo de asesinato. Cuando termina la misión y la sangre lo cubre todo...